El año 2001 fue muy difícil, Argentina era un país desarmado, triste, sin futuro. No obstante ello había un pequeño circulo en Rosario que hacíamos buceo, éramos algunos mas que en 1989/1990 en el CRAS , pero no muchos. Todos sabíamos lo que hacíamos y en que pileta estábamos, se habían terminados los viajes al exterior del 1 a 1 y ahora como otras veces era bucear en argentina… eso es agua poco clara o frio…
Yo me había ido del estudio donde era socio y sin destino recale en una oficina de un Ingeniero que me sub-alquilaba un espacio para poder laburar de abogado. Uno de los socios de ese estudio de ingenieros tenia un yerno que buceaba y que estaba en los inicios de una escuela para chicos que le habían puesto “Pibusos” Así conocí a Diego Ruas.
Al poco de andar, estaba tomando un café con Diego y con el Negro Fanton un buzo profesional que venia de trabajar en el Sur en saturación, que lo conocia a Diego y le propuse o me propusieron estar en “la escuela” todavía no tenía nombre, ni claro esta éramos socios ni mucho menos, ni siquiera amigos, nos unía el buceo… Yo era invitado de una relación que ya estaba. Así empezamos, lo que nos unió fue mi iniciativa de que hiciéramos el curso de Instructor de PADI. Diego era Avance de PADI, yo Divemaster y el Negro con mas experiencia no estaba tan seguro… Así se armo el primer curso de Instructores de Argentina en el interior y allí estábamos el Negro y yo… Diego no había querido ser de la partida. Había Tucumanos, Cordobeses, Nosotros de Rosario y poco mas.
No fue fácil el examen lo tomo el regional de PADI y el Negro y yo pasamos allá por Noviembre de 2001.
El año termino y en el 2002 hicimos una reunión para ver que hacíamos , unimos equipos, Diego tenia mucho, yo poco el Negro nada… unos mangos, juntamos 3 equipos y arrancamos, así Diego diseño el logo y le puso Rosario buceo. ARRANCAMOS.
Diego más volcado a la apnea y el Negro como el Instructor experimentado y yo su ayudante. Un divemaster con titulo de instructor.
Así empezaron los viaje al cerro, la organización para cargar los tubos para la pile toda una logística, mucho amor, mucha diversión, nada de guita…
Eso fueron unos años geniales, nos divertíamos mucho, había mas instructores que alumnos y eso era genial, porque aprendíamos entre nosotros y los alumnos eran súper entrenados. Las idas al cerro eran una expedición y se produjeron todas y cada una de las anécdotas que me habrán eschuado mas de una ves y que alguna ves voy a escribir…
DIEGO Y EL NEGRO eran la escuela, yo un ayudante calificado, aprendiendo, mirando, insisto todo fue muy lindo, forjamos una amistad y nos divertíamos no solo buceando.
Los recuerdos de cada uno, DIEGO y su despiste y su tentación permanente y el los buceos con el Negro, yo lo miraba para mi era mas que Costeau y era mi amigo. Aprendí, me enoje, me cague de frio y me divertí como loco. Ahí se forjo el cuando pueda buceo con traje seco. Y el famoso “ODIO EL BUCEO” (negro dixi)